Proyectos Artísticos | Arquitectura Ecoactiva

Arquitectura para crecer en un entorno ecológico

Cultura de Borde

La gestión urbanística se ha convertido en un modo de generar riqueza y desigualdad. La ciudad se construye a partir de bordes urbanos que permiten dar entrada en su configuración a la economía global. Aparece un nuevo marco de lucha entre economía global y local. Los agentes que deciden como es la ciudad son cada vez más lejanos a ella y a sus gentes. Las ciudades se estiran bajo la lógica del mercado, deshaciendo la sociedad.

Cultura de borde/vora pretende evidenciar estas estrategias y entroncarlas con otros modos culturales, económicos y sociales de segregación.

Cultura de borde/vora estudia a su vez, como esos bordes generan una percepción y una cultura específica de la ciudad.

Los crecimientos urbanísticos de la ciudad han dejado de generar ciudad. Lo urbano se ha convertido en un recurso económico produciendo conflictos sociales diversos y complejos. Valencia es una ciudad que crece contra elementos que históricamente le habían servido de sustento económico. Se produce, por tanto, un conflicto de planteamientos económicos; un cambio de valores económicos por la entrada en una economía global.

A la vez, se producen profundos cambios sociales. Las familias reducen su número de componentes y se diversifican. Se valorizan fórmulas sociales que hasta hace poco tiempo estaban prohibidas o relegadas. Aumenta el número de segundas residencias. Fenómeno que ha permitido la especulación con la vivienda afectando a la estabilidad de las familias. Aumentan los desplazamientos estudiantiles y laborales, desembocando en la salida masiva de jóvenes españoles. La confianza en la formación que ha tenido la generación anterior no se ha visto recompensada por el sector económico y empresarial español.

Los factores de esta situación están directamente relacionados con la pérdida de diversidad en la capacidad productiva y en la entrada de actores económicos más agresivos que han buscado la rentabilidad en elementos de primera necesidad.

Todos los crecimientos de la ciudad de Valencia están asociados a centros comerciales y a autovías. Elementos que por sí solos ya generan bordes urbanos y sociales.

Además, esos crecimientos no son producto de una necesidad estrictamente autóctona sino de una necesidad (interés) económica generada desde los tour operadores y “la situación de la ciudad en el mapa”.

Con esta instalación queremos mostrar esta situación: urbanismo que tiende a separar y a convertir en incomprensible nuestro entorno y en desconocido (y peligroso) a nuestro vecino. Urbanismo que dificulta la vida y su mobilidad (por mucho que parezca lo contrario).

El borde es el factor omnipresente en todos estos crecimientos y adquiere diversas formas y tiempos. La ciudad, con las funciones separadas, produce bordes físicos y bordes temporales. La desigualdad se produce en la capacidad o incapacidad de superar esos bordes. Buena parte de la libertad que se pueda disfrutar dentro de esos bordes depende de la función que realices en ellos siempre y cuando no sea perceptible, molesta o prohibida. La ley depende de donde estés. Y no todo está contemplado. El borde es un área en la que se suelen realizar funciones alegales para superar su disfunción.

Buena parte del problema está en la aplicación de un urbanismo excluyente y de un marco legal creciente y cada vez más utilitarista.

¿Qué pretende esta instalación? Esta instalación actúa de tres formas:

  1. Genera un borde físico con una serie de muros tela que obliga a las personas a circular de un modo completamente distinto al que se haría normalmente. Para ello, adquiere la forma de serpiente que se suele utilizar para la gestión de cola de lugares de pública concurrencia. Esa circulación (absurda) genera otro tiempo para alcanzar el mismo objetivo y otra percepción del espacio.
  2. Estos muros son soporte de la información del documental. Pero este documental es doble. Un documental para cada frente de la instalación. De modo que la información a cada lado es distinta. Similar pero distinta, generando una percepción equívoca y confusa. Casi todos los elementos están presentes en ambos videos pero se versionan de modo que la información se completa visionando los dos y entendiendo las diferencias. Además, la información actúa como un eco en el borde. Este presente es un pasado. Esta referencia lejana no deja de estar presente… por eso, las imágenes se contagian al resto de telas. Se superponen físicamente y gracias a la perspectiva visual del individuo.
  3. El espectador entra en la instalación. A la vez, que puede obtener la información desde el interior de la instalación, también la rompe para los que la visionan desde fuera. Él mismo construye la información para sí (en su movimiento) y también la rompe para otros. Él mismo se convierte en información. También se convierte en eco.

Cultura de borde/vora
autor: Enric Viadel
año: 2013
instalación audiovisual
medidas:
espacio de exposición 4,50 x 8,60 m, altura libre 2,60 m
telas suspendidas de longitudes 3,20, 3,30, 3,50 y 5,30 m
altura de telas 2,50 m
Duración: 20 minutos (aprox.)

 

Filosofía

Arquitectura multisensorial y participativa que nos permita mejorar y crecer dentro de un marco ecológico. Una arquitectura extendida a más formas que la estrictamente constructiva, con reflexión y acción social, en la que los usuarios la validen y la activen, dándole carácter.